Hoy quiero compartir contigo mi reencuentro con la máquina de coser. Esta es mi nueva adquisición (mi regalito estas navidades) y la primera «tontería» que he hecho en un momento, con lo que he encontrado por casa: una bolsa de tela para guardar cuerdas y retales.
Máquinas de coser antiguas
Al sacar mi nueva máquina de su caja y comenzar a investigarla, he experimentado un flashback brutal y he recordado aquellos años.
Cuando era pequeña recuerdo haber tenido en casa dos máquinas de coser. Primero tuvimos una antigua de pedal mecánico. Después tuvimos una un poco más moderna, con pedal mecánico primero, y a la que se le incorporó un pedal eléctrico después. Iba encastrada en un mueble en el que se podía guardar dándole la vuelta.
Recuerdo haberla utilizado como juego, haciendo puntadas y cogiendo dobladillos a trapos que mi madre me dejaba para practicar.
Foto: Decoracionia
Lo primero que hice al sacar la máquina de la caja fue leer las instrucciones… sí, soy de esas extrañas personas que leen las instrucciones de todo, de principio a final, para asegurarme de que no se me escapa ninguna utilidad oculta o característica revolucionaria…
Tras hacer toda la previa para su utilización, cogí una funda de almohada vieja y le corté un trozo. Entonces pensé… ¿qué puedo hacer con esto?
BOLSA DE TELA
Material
Cómo lo hice
Le hice un par de dobladillos en dos de sus lados y cosí los otros dos lados para hacer una especia de bolsa. Después hice unas marcas para hacer unos agujeros con la crop-a-dile.
Coloqué unos eyelets dorados por los que pasé un cordón azul oscuro.
Rematé el cordón por ambos extremos con unas bolitas para decorar.
Y hasta aquí mi primera experiencia con mi nueva máquina de coser.
¡Se acabó el coser a mano!
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